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Mostrando entradas de enero, 2022

Entre el clamor y la mediocridad

Entre el clamor y la mediocridad No sabemos el motivo ni el por qué del deseo subyacente en toda persona de ser reconocida como un ser diferente, un ser especial. Desean ser aclamadas, al menos por sus familiares, amigos y usuarios del Facebook;  odian pasar desapercibida por el teatro de la vida. Cuando las personas navegan por el proceloso mar de la mediocridad tampoco son conscientes de ello, aunque también pretenden ser únicas, geniales, diferentes. Pasar desapercibido por la vida es el peor castigo a la autoestima de una persona mediocre. Son los llamados "pringadillos" en el argot barriobajero. Observen a esos jóvenes que sueñan con ser personas importantes, personas necesarias para el colectivo humano pero en el fondo solo pretenden ser aclamadas. Algo que es relativamente fácil en nuestros días con nuestro sistema político actual. Un pringadillo, con suerte,  si supo ganarse la simpatía de sus superiores del partido puede ostentar un cargo de responsabilidad irrespons

Nenes, que no se nos muera el abuelito

Nenes, que no se nos muera el abuelito (Un cuento casi negro) Ring, ring... -llamaron a la puerta. ¡Por fin llegaste! -exclamó la madre abrazando a su hijo recién llegado de Barcelona.   ¿Qué es eso tan secreto que no podía explicármelo con un WhatsApp? Siéntate, hijo, que te explique. Adela tuvo mala suerte con los hombres. Primero con su padre, un bodeguero jerezano que arruinó a la familia debido a su afición al juego y a las putas. Después con su marido, que se cansó de la familia cuando ella se quedó embarazada de su tercer hijo. Adela recuerda que siendo una mocita se daba cuenta de la decadencia familiar por las cuentas en rojo que  presentaba el administrador a su madre, una beata semi boba que siempre decía lo mismo "de eso yo no entiendo, eso es cosa de hombres".  Era tonta, era imbécil la madre de Adela que no se quería enterar de la crisis económica en la que estaba cayendo hasta que el cabrón del marido se pegó un tiro cuando se vio en la ruina total.  Adela se q

La verdad duele

La verdad duele, porque es verdad (Párrafos entresacados) Apartado A) "La característica de aquella aldea era su pobreza. Toda la población del lugar era pobre a causa de la parcelación de su tierra de labor. Allí no había ricos sino un par de familias consideradas menos pobres de todos; razón por la cual la aldea carecía de casas grandes solariegas" "Uno de los caciques del pueblo forzó a una viuda muy pobre. La mujer no opuso resistencia pero entretanto mantuvo un chillido monótono y prolongado durante el coito. Cuando el hombre terminó la miró, se encogió de hombros y le dijo que podía pasar por su almacén y coger unos litros de aceite" "En esta aldea andaluza, en el año 1920, existían tres clases sociales: los terratenientes que eran propietarios de tierras y ganados suficiente para vivir casi en la opulencia, los labriegos que vivían también de sus tierras pero con estrecheces y los pobres, que aunque casi todos tenían pequeñas parcelas, debía trabajar de

Literatura Española

Literatura Española  La Celestina  Supuesto autor: Fernando de Rojas (siglo XV) La tragicomedia de Calisto y Melibea o La Celestina fue editada en el año 1498 con numerosas modificaciones hecha por la Inquisición. El autor de esta obra es desconocido aunque algunos estudiosos atribuyen dicha obra a Fernando de Rojas, Juan de Mena o Rodrigo Cota. "Calisto fue de noble linaje, de claro ingenio, de gentil disposición, de linda crianza, dotado de muchas gracias. Fue preso en el amor de Melibea, mujer moza, muy generosa, de alta sangre, sublimada en próspero estado y heredera única" Calisto le cuenta a su criado Sempronio que se ha enamorado locamente de Melibea pero que no sabe como llegarle y le dice que su imagen la tiene retenida en su alma. "Ella tiene los ojos verdes, rasgados; las pestañas luengas; las cejas delgadas y alzadas; la nariz mediana; la boca pequeña; los dientes menudos y blancos; los labios colorados y grosezuelos; el pecho alto, la tez lisa y lustrosa. El

Excursión a pie por La Alpujarra

Excursión a pie por La Alpujarra  A finales de junio y  principios de julio del año 1976 decidimos un amigo y yo hacer una travesía a pie desde Orgiva hasta La Calahorra. Repartimos, antes de la caminata, el peso entre mi compañero y yo. Llevábamos la tienda de campaña, los sacos de dormir y numerosas latas de conservas. Amén de mi pesada cámara fotográfica Reflex Edixa y las cantimploras de agua. Una carga incómoda aunque necesaria. Comenzamos subiendo la cuesta hacia Cáñar y Caratáunas. Como nos pilló la noche decidimos acampar en un llanete cerca de un pueblo. Mientras nos fumábamos un pitillo antes de dormir, se acercó un individuo, con cara de subnormal, que dijo ser  pastor y que le gustaría dormir con nosotros en esa casica de tela, nuestra tienda canadiense. El tipejo era uno de esos individuos dedicados a pastorear ovejas desde niño debido a un cretinismo congénito. Nos costó trabajo disuadirle de su capricho. A mediodía, de camino y subiendo hacia la ermita de El Padre Eterno