Entre el clamor y la mediocridad
Entre el clamor y la mediocridad No sabemos el motivo ni el por qué del deseo subyacente en toda persona de ser reconocida como un ser diferente, un ser especial. Desean ser aclamadas, al menos por sus familiares, amigos y usuarios del Facebook; odian pasar desapercibida por el teatro de la vida. Cuando las personas navegan por el proceloso mar de la mediocridad tampoco son conscientes de ello, aunque también pretenden ser únicas, geniales, diferentes. Pasar desapercibido por la vida es el peor castigo a la autoestima de una persona mediocre. Son los llamados "pringadillos" en el argot barriobajero. Observen a esos jóvenes que sueñan con ser personas importantes, personas necesarias para el colectivo humano pero en el fondo solo pretenden ser aclamadas. Algo que es relativamente fácil en nuestros días con nuestro sistema político actual. Un pringadillo, con suerte, si supo ganarse la simpatía de sus superiores del partido puede ostentar un cargo de responsabilidad irrespons