Cinco Suspiros

Diciembre. Ya pasó un año. Sería muy fácil para este Blogger escribir un editorial con los problemas que acaecieron durante los últimos doce meses. Para eso están las hemerotecas. Hay demasiada información sobre el origen y la propagación de esta pandemia maliciosa. Hay demasiados libelos atacando a este o aquel político o gobierno.  De todas formas el final de un año siempre fue una fiesta grande en nuestra cultura occidental. Desde aquellas "fiestas" del solsticio de invierno donde los romanos celebraban con luminarias para esclarecer la noche más larga del año hasta la Natividad que celebran los pueblos con tradición cristiana. Ha pasado todo un año, son 365 días ¿Qué son estos días en la vida de una persona? Una eternidad, son muchos días. Aristóteles decía que el tiempo es la medida del movimiento según el antes y el después. Por otra parte San Agustín, mi paleocristiano admirado, razonaba: "Si nadie me lo pregunta, lo se; si me lo preguntan y quiero explicarlo, ya

Andalucía, ocho ciudades, ocho museos.   Es muy difícil destacar los museos andaluces que más me gustaron. Aunque reseñaremos algunos de ellos. Huelva. Museo Arqueológico . Con una preciosa jarrita de bronce de factura tartésica hallada en La Joya. La noria romana procedente de las Minas de Ríotinto de fines del siglo I nos muestra el ingenio de aquella civilización. Preciosas las piezas árabes halladas en Niebla y Sortes. Sevilla. Museo de Bellas Artes. Ocupa un bello edificio, el Convento de la Merced Calzada. Este Museo de Pintura se creó en 1835. Podemos admirar el San Jerónimo Penitente del escultor Pedro Torrigiano. Murillo se luce como un gran artista con su obra Inmaculada, la Colosal, sin olvidar el bellísimo cuadrito La Virgen del Pañuelo. El retrato de Gustavo Adolfo Bécquer pintado por su hermano Valeriano Bécquer es un buen ejemplo de lo que es la pintura costumbrista sevillana.  Córdoba. Museo Arqueológico. No se por qué me gustaba más el Museo ubicado en el Palacio de l

Chauvinismo o chovinismo, da igual Que vivimos en una etapa de mediocridad que cubre todos los estamentos sociales, de los más tristes mentales  a los más progresistas es un hecho irrefutable.  Una palabra coletilla que usan los medianos es "ser  lo mejor del mundo". Que un hombrecete emborrona unos folios con poesías del tres al cuarto y otro escribe novelas trasnochadas, y si además estos son hijos de la tierra, de la provincia o de la comarca, se les califica como los mejores del mundo. ¿Chovinismo? Simpleza mental, diríamos. Puede ser el mejor del mundo: el cocinero local que hace la mejor vinagreta del mundo. El bailaor Paquillo, el mejor del mundo. El niño que utilizó un dron para llevar medicamentos a los confinados y es considerado por las autoridades como el sabio más joven y mejor del mundo. A nivel de calle se oye decir: Mi esposo es el mejor del mundo. Mi hijo o mi hija es la mejor de mundo. Y entonces sale a relucir las mentiras grotescas tales como mi hijo Jacin

Amor sin tapujos    (Un cuento posible)   Alguien preguntó a Camus que qué iba a escribir viviendo en aquel pueblo perdido del sur de Francia. Lo que yo vea -contestó lacónicamente el autor.  Si un escritor no es un observador poco podrá escribir sobre la vida. Mi amigo Jacinto es un escritor que no edita pero que observa y escribe. Reproduzco  un resumen de un cuento que escribió residiendo en Villapata del Arroyo. "La primera mitad de la década de los años 60 del pasado siglo continuaron casi igual de horrible como fue en las décadas de los 40 y 50 de la posguerra. Hambre, miseria, miedo y humillación sobre el 70% de la población española. Adela era una chica joven y pobre, muy pobre ya que más de una vez se acostaba sin cenar. Adela saltó de alegría cuando su madre le comunicó que le había buscado un trabajo de dependienta en la zapatería de doña Julia. Comería allí, con los dueños, al mediodía, se podía llevar los restos del almuerzo a casa y además le pagarían unas pesetas a

Tiempo de silencio  Autor: Luis Martín Santos En la contraportada de esta novela leemos: "Tiempo de silencio transcurre en Madrid , otoño de 1948. A partir de un accidente estúpido y de sus consecuencias el autor nos muestra con ojos irónicos el panorama completo de los estados sociales de la ciudad" "Pedro, después de cenar, se sometía al rito de la tertulia. Eran tan amable con él las tres mujeres de la casa. Aquello para él no era una pensión. Se había convertido en una familia protectora y oprimente" "En la parte interior de la chabola del Muecas estaba el campo de cultivo de la raza cancerígena. Cada ratón estaba metido en una jaula de pájaro de alambre oxidado. Eran los ratones para el laboratorio de Pedro" "Allí en el poblado de chabolas el Muecas era un privilegiado porque trabajaba para don Pedro. Los otros, eran infrahombres que morirían  pronto de hambre, de tuberculosis, de escrófula, de latirismo, de eruptos de sangre, de temblor progresi