Literatura Española: El Buscón

Literatura Española

El Buscón  (Editado en el año 1626)

Autor: Francisco de Quevedo

Leemos en la contraportada: " Quevedo, es, sin lugar a dudas, el genio del Barroco español. Es satírico por temperamento, agudo y observador, crítico mordaz de la mediocridad cortesana"

"Yo, señor, soy de Segovia. Mi padre se llamó Clemente Pablo, de oficio barbero y mi madre Aldonza de San Pedro. Decían en el pueblo que ella no era cristiana vieja y era famosa porque reedificaba doncellas cuando perdían el virgo"

"Me hice amigo del hijo de don Alonso, un hombre muy rico que me preguntó si quería yo ir  estudiar a Alcalá de henares para acompañar a su timorato hijo. Contesté que sí"

"Siempre fue así en la Universidad, tuve que soportar en Alcalá las bromas que me hicieron por nuevo. ¿Qué te han hecho? - preguntó mi amigo y continuó diciendo- el rector tiene la culpa en no poner remedio. Ya nos vengaremos cuando podamos"

"Estando en la Universidad me enteré de la muerte de mi padre y madre. Cambió mi vida entonces. De Alcalá salí para Segovia y desde allí hacia Madrid"

" Alguien me dijo. Lo primero que has de saber  es que en Madrid encontrarás siempre al más necio y al más sabio, al más rico y al más pobre, y los extremos de todas las cosas"

"Por unos sucesos que ahora no explico di con mis huesos en la cárcel. Solo pasé una noche durmiendo entre harapientos mendigos. Al carcelero le di un doblón de oro, que yo bien guardaba en mi sayo y me pasó a la sala de los linajes. Saqué más dinero para dar al alcaide de la prisión y éste me llevó a su casa donde comía y dormía todo el tiempo que duró mi encierro hasta que saqué más ganancias al cohecho de este alcaide"

"Cuando ellas  me vieron dijeron riendo -"Hola, qué lindo va hoy el buscón". Yo hacía como que no oía nada.
Me fui con dos vejezuelas alegres, la una de unos cincuenta años de edad y la otra algo menor. Díjoles mil ternezas y oían lo que yo decía. Que no hay mujer, por vieja que sea, aunque tenga tantos años, que no disfrute de los halagos de un hombre" 

"Me quedé sin dinero y me hice el inválido para pedir limosnas, yo decía: "Dále una limosna, buen cristiano, siervo del Señor, al pobre lisiado y llagado; que me veo y me deseo para sobrevivir"  


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