¿Democracia para todos?
¿Democracia para todos? "¡Como si los hombres fueran iguales en algo más que fisicoquímicamente!" Exclamó un personaje de Aldous Huxley en su novela Un mundo feliz. Los ciudadanos educados de cualquier país occidental se sonríen cuando se enteran, por los medios de comunicación, que una nación subdesarrollado, inculta y pobre situada en cualquier continente piden elecciones democráticas. Es una paradoja que gentes sin saber incluso el nombre de sus antepasados ni menos aún conocer la historia de su país pretendan codirigir, a través de unos representantes, su propia nación. Un país como Katunga, nombre imaginario, donde por tradición se practica la ablación, el matrimonio comprado, la desigualdad entre sexos, la lapidación pública y otras barbaridades desea alcanzar alguna vez un sistema democrático de corte europeo. Una auténtica entelequia. La democracia ni se vende ni se importa. El pueblo llano debe conseguirla a través del esfuerzo común derrotando antes a esos asque