¿Democracia para todos?

¿Democracia para todos?

"¡Como si los hombres fueran iguales en algo más que fisicoquímicamente!" Exclamó un personaje de Aldous Huxley en su novela Un mundo feliz.

Los ciudadanos educados de cualquier país occidental se sonríen cuando se enteran, por los medios de comunicación, que una nación subdesarrollado, inculta y pobre situada en cualquier continente  piden elecciones democráticas. Es una paradoja que gentes sin saber incluso el nombre de sus antepasados ni menos aún conocer la historia de su país pretendan codirigir, a través de unos representantes, su propia nación.

 Un país como Katunga, nombre imaginario, donde por tradición se practica la ablación, el matrimonio comprado, la desigualdad entre sexos, la lapidación pública y otras barbaridades desea alcanzar alguna vez un sistema democrático de corte europeo. Una auténtica entelequia. La democracia ni se vende ni se importa. El pueblo llano debe conseguirla a través del esfuerzo común derrotando antes a esos asquerosos dirigentes que esclavizan y aterrorizan a sus súbitos. Las revoluciones de los pueblos son las únicas formas de liberación de un sometimiento atroz y de unas leyes que acobardan a su propia población. 

Es demencial intentar implantar un sistema democrático en aquellos países donde todavía subsisten leyes y modos de vida del siglo XVI y donde la pobreza es la forma normal de existencia. (Ver en Google "Cuál es el país más pobres del mundo" donde el PIB anual no llega a los 220 euros).

 Primun vivere, deinde philosophari. Antes llenar las barrigas de sus famélicos habitantes y después pensar en la democracia como un sistema opcional de gobierno.

Para ilustrar lo anteriromente expuesto sacamos unos párrafos de la novela de Huxley.

 "Los hombres y las mujeres se adiestrarán en serie, en grupos uniformes. Por ejemplo, todo el personal de una pequeña fábrica debería proceder de un solo óvulo clasificado por sus dotes laboriosas, ya que debemos buscar una igualdad servil."

 "Los dos amigos entraron en una sala y vieron a enfermeras que empujaban unas cunas-jaulas en las que se agitaban niños de ocho meses, todos ellos exactamente iguales. Se notaba que todos pertenecían a la clase baja, a la clase obrera, dichos niños vestían de caqui."

 "El director dijo: Se ha suprimido todos los estigmas de la vejez y de todas las características mentales de los viejos aunque se conserva el mismo carácter  de siempre; a los sesenta años de edad tenemos todos los mismos gustos y las mismas energías que a los diecisiete años. Antes, los viejos se entregaban a la religión, a la lectura e incluso pensaban. Pero en estos tiempos que nos toca vivir no es así. Los viejos trabajan, practican la cópula y no tienen tiempo que perder, ni para pensar. Toman el soma, con medio gramo al día equivale a medio día de relax. Los ancianos se divierten, van de cine-sensible a cine-sensible y practican el sexo con mujeres neumáticas."

"Ella llegó cansada de tanto trabajar. Entró en casa y se tragó de golpe cuatro tabletas de soma, conectó la radio y la televisión al mismo tiempo. Se tumbó en el sofá y se sintió feliz"

"Amigo - explicó mi acompañante- el fin de la vida no es el mantenimiento del bienestar ni la posesión de bienes sino una intensificación, un refinamiento de la conciencia, un aumento de saber. Desear una igualad entre nosotros los Alfas y los Betas con esa chusma de los Delta y Epsilón sería una aberración. Quizá la democracia es una esperanza para los desheredados que los motiva a padecer y trabajar para nosotros, la clase dirigente" 



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