Buscando una Historia para un pueblo

Buscando una Historia para un pueblo 


En Europa, en España todavía tiene valor los ascendientes familiares o históricos de una persona o de una localidad. En pleno siglo 21 hay individuos que inventan genealogías rimbombantes para mostrar y demostrar a sus conocidos cuán importate fueron sus antepasados, aunque en el presente mendiguen a diestros y siniestros una sportula para su supervivencia.

Lo mismo sucede con los pueblos y aldeas insignificantes, que abundan en nuestro suelo patrio, y que pretenden ser si no una fundación de época fenicia o romana si surgidos  al menos del tiempo de la Reconquista.

El alcalde de Villacón, un pueblo miserable y tristón del sur peninsular, tenía en mente promocionar la pequeña localidad de apenas mil habitantes para el turismo. Para esto había que buscar un pedigrí notable y hermoso al mismo tiempo que había que mostrar las bellezas turísticas del lugar: el molino harinero del tío Paco, el agua de la fuente del Candil, famosa de antaño por curar la perlesía, el árbol más longevo de la Comarca y los famosos bollos de San Andrés, un bocado gourmet hecho de masa madre y aceite de oliva.

El hijo del alcalde, Jacinto, había terminado la carrera de letras en su especialidad de Historia. Estaba capacitado para forjar una historia loable que borrara por siempre la leyenda de Villacón, una aldea surgida de un asentamiento de parias y jornaleros que llevaron, a finales del siglo 19, unos terratenientes, propietarios de la zona, al lugar para el desmonte de encinas y pinos y convertir su término en tierra productiva. A cambio de ésto, a todos los jornaleros se les entregó en pago un trozo de tierra para levantar sus chozas y casillas de adobes con un corral incluido para la cría de gallinas y cerdos que completaran, si podían, los escasos bienes de estos agraciados en suerte.

 La historia de Villacón era triste y pobre y había que encumbrar ficticiamente los orígenes de la localidad de una vez para siempre.

Jacinto se propuso hacer un bello escrito, una especie de panegírico sobre su pueblo de tal forma que los orígenes fundacionales de Córdoba o Cádiz  quedaría eclipsados comparándolos con la Noble y Muy Leal Villacón. 

"Villacón  -escribió Jacinto en su ordenador, a modo de borrador-  se fundó en el año 1235 durante la Reconquista Cristiana de la Comarca entonces en poder de los musulmanes. El rey Fernando III entregó el lugar y sus tierras a don Juan de  Casabajas de Cón, un caballero natural de León, para que erigiera una torre de defensa y explotara y guardara estas tierras recién conquitadas a los moros. La Torre del señor de Cón pasó a llamarse Villar de Cón y de ahí, Villacón. Uno de los pueblos más prósperos e insignes de la provincia. 

Cando se levantó el lugar, sus caballeros junto con sus escuderos participaron en diferentes racias y defensas de la provincia por su proximidad a la frontera nazarí de Granada siendo famosa la ayuda al castillo de Perchil que estuvo tres meses sitiados por las tropas moras y reconquistado por los caballeros de la Torre de Villar de Cón en un alarde de valor y gallardía nunca visto. De estos valientes provienen casi todos los apellidos actuales de Villacón tales como... ( aquí hay que consignar  los apellidos actuales que aparecen en el empadronamiento de la aldea).

Hay un romance fronterizo que menciona a Villacón para orgullo de nuestros antepasados y que dice:

"Rey de León y Castilla/  Villacón es ya tu frente aureola/ rayo de triunfo, tu espada/ tu fe, bandera de gloria. Te esperan en Andalucía, tras de las puertas de roca/ cien alcázares y torres/ como Villacón es sola." 

Después de la Desamortización la localidad de Villacón, ya independiente de sus señores originarios, adquirió la dehesa  de las Monjas que fue convertida en una zona de pasto para su abundante cabaña lanar. Años después se montó una fábrica de paños que rivalizó con los afamados paños venticuatreno de Baeza. La prosperidad llegó debido a la laboriosidad de sus habitantes y nuestro pueblo se pudo codear con las ciudades más desarrollados de las andalucías.

Villacón, un pequeño y gran pueblo de nuestra provincia donde salieron famosos magistrados, científicos y artistas como Nina la del Raval precusora del estilo de Juanita Reina.

Villacón donde la renta per cápita no cuenta pues valoramos más nuestros valores inmateriales como el famoso ronquido del tio Pío que se asemeja al baritar de un elefante y que salió en el programa "Nosotros" de la televisión regional  y de las gachas escondidas, un plato típico, famoso en todo el mundo y pendiente de varias estrellas.

Villacón en la actualidad tiene una población de casi mil habitantes, la mitad residen en otros lugares buscándose la vida y los restantes son jubilados y parados en su mayoría. La historia cambia pero la belleza del lugar permanece. Visite usted Villacón, un pueblo fundado por caballeros del siglo 13 y con unos monumentos tan notables que le sorprenderá"





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