Un libro de mi biblioteca: Amado Mundo Podrido

Un libro de mi biblioteca

Amado Mundo Podrido  (1976)

Autor: Julio Manegat


Es fácil hacer un crítica literaria sobre un escritor popular y conocido usando los tópicos de siempre.

En el año 1976 apareció la primera edición de esta novela donde se narra las aventuras y desventuras de una familia de Barcelona en un domingo de verano del año 1974 

 Amado Mundo Podrido -dice la introducción- es una obra que sumerge al lector en una atmósfera alucinante de la que no podrá salir.


"Hay que tener ganas de pegarnos una paliza de carretera con el calor que hace y lo incómodo que vamos a estar todos en el Seat 124 " 


"La noche anterior, los tres niños, Rafael, Marián y hasta el pequeño le acorralaron a gritos de alegría pidiéndole ir a la playa. Sí, como todos los domingos de verano, iremos a la playa"


"No encuentro un lugar donde aparcar. Mirad que bonita se ve la playa. Papá yo quieron nadar. Sí, hijo, pronto nadará. Ya llegamos al pueblo. Los niños gritan alegres y la mujer y la madre de la mujer, su suegra, suspiran aliviadas. ¿No lo estáis viendo? ¡Ni un solo sitio para aparcar! Agustín ¿no puedes parar un poco, me estoy orinando? Preguntó la suegra agustiada.

Circulen, aquí no se puede aparcar ni parar- dice un guardia con cara de enfado.

Agustín ¿No crees que llevamos mucho tiempo en la carretera, y con este calor?

Mirad, ahí hay otro pueblo. Sí, pero está alejado de la costa. Aunque allí nos podremos refrescar e ir al servicio.

Oigan señores -dice un guardia motorizado- no podéis aparcar, por aquí pasa la carrera de ciclistas.

Creo que estoy embarazada, cariño. ¿A tu edad?

Por favor Teresa no me distraigas con tus cosas que tengo que conducir por esta carretera de cornisa y además, encontrar una playa"


"¿Paramos para comer? ¿Dónde? Sin contestar Teresa, con cara de enfado y con naturalidad, extrajo bocadillos de tortilla de patatas y los fue entregando, sin mirar atrás, sin querer aceptar aquella transformación física  de sus hijos, que de niños pasaban a adultos.

Comenzaba a anochecer. El Seat 124 conforme se aproximaba a la ciudad crecía un zumbido de voces, de gritos, de amenazas. Eran diversas manifestaciones populares, las de Obreros Egipcios Constructores de Pirámides, la de los Griegos Tuberculosos que protestabam por la celebración abusiva de los Juegos Olímpicos, la manifestación  de los Fabricantes de Monteras para Toreros y otras muchas más.

Por fin volvieron a casa. Todos descendieron del sucio y recalentado Seat 124  Agustín vio a Teresa y a los hijos y a su suegra vestidos de excursión dominguera, pero muy mayores. Cuando alzó la mirada vio al otro lado de la calle la catedral de Westminster.

Agustín se vió en el espejo retrovisor y se dio cuenta que su propia imágen estaba vacía, amarillenta y tan resquebrajada como una calavera"

Comentarios

Entradas populares de este blog

Churros (Un Cuento de Navidad)

Altos Cargos Políticos ¿Una nueva Aristocracia?

Un cuento onírico: El ornitólogo