Un pueblo con valor: Un cañón de madera contra los napoleónicos

Un cañón de madera contra los napoleónicos 


Valor de un pueblo: La Peza, Granada (1810)


Una historia pequeña a veces supera a los grandes hechos históricos de los libros de texto.

Cuando la invasión francesa en España un destacamento de franceses acuartelados en Guadix marcharon hacia el pequeño pueblo de La Peza para exigir un tributo de víveres, grano y ganado, para mantener a los soldados invasores. Tras hablar con el alcalde estos, los mensajeros, dijeron que en el plazo de una semana volverían con carros para llevarse la cantidad asignada de alimentos que el pueblo tenía obligación de entregar.

El alcalde explicó a los habitantes de La Peza la situación y la población se amotinó diciendo que no entregarían nada a los gabachos, en su lugar presentarían una resistencia armada.

Engrasaron viejas escopetas de caza, afilaron espadas, cuchillos y puntas de flechas. Acumularon piedras para las hondas. Un viejo soldado inválido sugirió fabricar un cañón que situarían a la entrada del pueblo, con dirección al camino por donde llegarían los francses. Vaciaron un gran tronco de encina y lo reforzaron con alambres y lo situaron en el lugar convenido.

Cuando avisaron que se acercaban los gabachos con carros y mulas para llevarse los alimentos del pueblo alguien preguntó al viejo soldado inválido que cuánta pólvora metía en el cañón. El "asesor militar" dijo que a más pólvora más potente sería el disparo. Llenaron el cañón de polvora hasta casi un tercio de su longitud, metieron metralla de trozos de cadena y piedras y luego compactaron todo con estopa. Todo preprado. 

Cuando la comitiva de soldados franceses enviada desde  Guadix estaba a unos escasos metros del cañón, un voluntario prendió la mecha y... una horrible explosion se oyó a centenares de metros del lugar. El cañón habia explotado como una bomba matando a varios lapeceños e hiriendo a bastantes de ellos. Ningún francés fue herido, es más, cuando volvieron a cabo de unos dias se llevaron el doble de la cantidad asignada y de paso a varios presos acusados de rebeldes.

Al fin y al cabo, este pueblo demostró un gran valor que no pudieron demostrarlo debido a una mera falta de preparación.

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