Una desigualdad controlada puede ser saludable

Una desigualdad controlada puede ser saludable


Hace varias décadas España era variopinta. En cada región, provincia o ciudad había algún signo distintivo que la hacía diferente, pintoresca, sobre todo en el habla y en el léxico del mundo rural de cosas tan habituales como son los utensilios del hogar y los aperos de labranza.

En el Atlas Ligüístico y Etnográfica de Andalucía del año 1961 encontramos, como curiosidad, un mismo objeto conocido por diferentes sustantivos según la provincia o región. 

Hemos escogidos cuatro zonas para mostrar diferentes hablas. La zona A) Jaén Occidental; la zona B) Jaén Oriental; la zona C) Cádiz y la zona D) Granada.

Acequia es llamada en la zona A, caz; en la B y C, acequia y en la D, gabia.

Mejorana, en la A, majoleto; en la B, majoleto; en la C, espino y en la D, pincho maholeto

Sandía, en A, asandía; en B, sandría; en C, asandía y en D, asandría.

Abubilla, en A, cajonera; en B, bubiya; en C, grajilla y en D, abubiya

Pesebre, en A, jamallona; en B, pisebre; en C, picebre y en D, pecebrera

Piara, en A, hato; en B, piara; en C, parva de marranos; en D, piara

Desván, en A, camariya; en B, camarote; en C, zoberao y en D, cuartito

Palangana, en A, zafa; en B, tazón; en C, palangana y en D, zafa

Botijo, en A, pitón; en B, porrón; en C, búcaro; en D, pipo y pipote

La sirvienta de la casa, en A era llamada moza; en B, criada; en C, moza; en D, la muchacha.

Aljofifa, en A, pedazo de saco; en B, trapo de fregar; en C, aljofifa o jofifa y en D, trapajo.

No hay que creer en todo ese galimatía de nuestros días sobre la necesidad y belleza de la diversidad y de las alianzas de civilizaciones. ¿Cómo un aborígen de Lusitania podría aportar algunos rasgos culturales a un patricio educado en la Roma Imperial? Cada mochuelo a su olivo. "Los hotentotes con los hotentotes y los boers con los boers"

Volviendo a la España antañona nos preguntamos ¿Dónde están aquellos pueblos o minorías étnicas que salpimentaban nuestra Patria?  Nos referimos a los agotes, los pasiegos, los vaqueiros, los maragatos, los hurdanos o jurdanos, los chuetas, los campurrianos, los meneses, los maranchones, los alcarreños, los soliños, los enanos de Ribes, los negros de Gibraleón y otros grupúsculos que fueron recogidos en el tomo II de la obra "Diferencias regionales. Las razas en España" editado por Espasa Calpe a principios de los años 60.

 ¿Somos ahora todos guales? Nadie en sus cabales puede aceptar ese igualitarismo de teatro que nos quieren inculcar a los españolitos de a pie. ¿Cómo puede ser igual un hijo o una hija intelectualamente aptos que un chico o una chica que no supera un Coeficiente de Inteligencia de 50 (Escala Binet)?

Los estudiosos y sociólogos bien saben que si los 7.000 millones de personas que habitan en el Planeta Tierra alcanzara un nivel de vida similar a la de los ciudadanos españoles o franceses el mundo se colapsaría por falta de recursos para satisfacer a esos miles de millones  de catecúmenos del capitalismo. 

Le preguntó un discípulo a san Agustín de Hipona : "Maestro, si Dios nos hizo a todos iguales ¿cómo permite que haya gente pobre y miserable y otra gente sea  rica y exitosa? Contestó el Padre de la Iglesia: Hijo, para que nosotros, los privilegiados sepamos ver la diferencia" 

  


 

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