Feísmo en el siglo 21

Feísmo en el siglo 21


El feísmo en el mundo del arte es una valoración de los feo y deporable desde el punto de vista estético. Se intentó justificar este mal gusto diciendo que el feísmo era una especia de contracultura para apreciar mejor la belleza que nos rodea.

El feísmo se manisfestó en poesía como en Las Flores del Mal, de Baudelaire. En el cine con la película de T.B. titulada Freakis o en el actual cine gore.

Pero este artículo se refiere al feísmo moral y ético que nos corroe en un mundo decadente, pestilente y degenerado desde la más altas esferas políticas, religiosas, filosóficas y empresariales hasta el listillo ganapán, ese matado o pringadillo que fue capaz de cobrar una pensión de invalidez total o parcial, estando sano, gracias a su pericia en el disimulo y ayudado, tal vez  por la corruptela de algún médico de tres al cuarto. Todo es feísmo, todo está mal hecho en un mundo de granujas como el que nos ha tocado vivir.

Thomas Carlyle (1795-1881) escribió: "Hay épocas en las que la única relación con los hombres es el intercambio de dinero".

Es cierto, sin ir más lejos, en España vivimos una época de decadencia absoluta, de autodestrucción moral dentro de estamentos tan respetables en épocas pasadas como eran el Gobierno, la Iglesia y la Clase Dirigente. 

Ya no se defienden las ideas políticas o religiosas sino el poder por el poder y la acumulación de dinero que ejerce una influencia nefasta en los jueces, en los  políticos y en la propia Iglesia sin olvidar a la plebe, que es o somos mayoría.

El pueblo llano, tan proclive a imitar lo que hace la clase superior, está contaminado en un altísimo porcentaje a tal extremo que tiene sus propios códigos de superviviencia infectado en una picaresca vergonzosa y vergonzante sin respetar a sus ancestros, sus apellidos, su educación y su propio tipo de vida. Todo es válido para ellos: es libertad, dicen los muy mensos. 

Hay un excelente artículo www.elperiodico.cat titulado "El pueblo llano de la Europa del Sur" que  ilustra todo lo dicho anteriormente, donde el grado de feísmo, de falta de ética y de moral tanto nos afecta. 

Nuestro país, no todo, gracias a Dios, está hecho una aljofifa. Los que no roban ni estafan es porque no tienen la oportunidad de hacerlo. No hay que ser de derechas ni de izquierdas para intentar vivir con gallardía, con nobleza y buscando siempre lo correcto, pese a quien pese. 

En Transparencia Internacional vemos que España cae en picado bajo esta corrupción generalizada y que nos acercamos más a cualquier paísillo de Centroamérica y que, por supuesto, estamos en la antípoda de Dinamarca, Noruega o Liechtenstein. 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Churros (Un Cuento de Navidad)

Altos Cargos Políticos ¿Una nueva Aristocracia?

Un cuento onírico: El ornitólogo