From Hell, Hunts Point, to Heaven, W 59th Street

Desde el Bronx a la elegante W 59th Street


Manuel Lozano notó un olor fresco que inundaba su pituitaria, un olor a limpio que ayudó para abrir sus ojos adormilados en aquella mañana de primavera.

-Papá, papá  -una voz de niña lo espabiló del todo.

Manuel despertó por completo y se incorporó de la cama. Una preciosa niña de unos cinco años de edad le sonría al mismo tiempo que se abalanzó para besarle. Tenía el cabello castaño y los ojos de color caramelo. Vestía un pijama con caballitos impresos y unas zapatillas de peluche.

Segundos después entró en el dormitorio una mujer de piel de marfil y cabellos pelirrojos. Sus ojos expresivos  y sus labios carnosos mostraron una amplia sonrisa. Con una voz aterciopelada le dijo:

-Levántate cariño. Que le prometimos a nuestra hija llevarla, hoy sábado, al zoo. Mientras te duchas preparo el desayuno.


Manuel cuando entró en el lujoso cuarto de baño, mármoles por doquier y grifería de bronce dorado, dio un respingo cundo vio su rostro reflejado en el espejo. Portaba una cara de indio andino muy marcada con la piel cobriza y el pelo negro liso, peinado hacia atrás. 

-¿Qué es ésto? - se dijo Manuel que de pronto recordó que le llamaron James McEntire cuando ayer pisó el consejo de administración, como presidente, de Homes Fryars Inc.

Retazos de recuerdos venían y se iban en su mente mientras se afeitaba. Como en una nube recordó vagamente cuando él vivió en una habitación compartida con otros latinos en una zona deprimida del Bronx, en el nefasto distrito de Hunts Point, pero no sabía precisar en qué calle ni los nombres de los otros ilegales que huían de la migra como almas del diablo.

Salió en bata del baño y en un inglés muy americano, con acento de Iowa, preguntó a su esposa con naturalidad si estaba todo bien.

-Cariño ¿por qué preguntas eso?

-No se es que hoy estoy algo confuso. Ayer tuve mucho trabajo en la empresa. A veces me viene palabras en español que no entiendo y otras veces me veo ajeno a la realidad. ¿Será el inicio de un trastorno bipolar?

-No te preocupes eso es que está pasando por una etapa de estrés profesional. Vamos, James. Que la limusina nos espera. Lo que te sucede es que estás cansado.


James, en su personalidad de ciudadano americano potentado o Manuel en sus recuerdos difusos de  pobre inmigrante hispano mezclaba conceptos, ideas y sensaciones. Su mente hervía de recuerdos raros. Como cuando ayer se presentó en la oficina de su empresa vestido con un traje a medida de la sastrería Benny y se sentó en la gran mesa del consejo. Comezó a hablar pausadamente en un inglés preciso y emitiendo ideas y órdenes que salían de su boca sin saber cómo.

Mientras el delegado de publicidad explicaba su campaña James McEntyre (Manuel Lozano) con cara de indio y alma de un auténtico WASP intentaba controlar el batiburrillo mental que emergía y se escondía en los más recóndito de su cerebro. No cabe duda -se dijo- sufro algún tipo de trastorno disociativo de mi identidad. 

Nada de eso querido Manuel o James. Tu tienes en tu cuerpo de latino, con ese añadido de mente anglo-sajona, el resultado de un  producto defectusoso de una transmigracion. Tu no deberías recordar nada de tu vida anterior sino solo del presente. Te recomiendo, dijo la vocecilla imaginada, que  disfrute de tu situación social, de tu fortuna, de tu  bella esposa y de tu querida hija. 

-Al parque zoológico, Peter. Ordenó James al chófer cuando la familia entró en el gran coche.




 

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