Churros (Un Cuento de Navidad)
Churros (Un Cuento de Navidad) Hacía frío aquella hora de la mañana en la Costa Tropical de Salobreña. Un cielo azul intenso y un mar tranquilo no aliviaba el calvario de la espera de Jacinto. Los dedos de los pies, pese a estar protegidos por gruesos calcetines y recias botas comenzaron a protestar. Sí, él sabia que casi a sus ochenta años de edad no podía hacer tonterías ni extravagancias que perjudicara su salud. Pero aquel día se sentía diferente. Jacinto antes de jubilarse como funcionario de Correos, cartero en el lenguaje coloquial, ya había comprado aquella casita con vista al mar pero situada en lo alto del pueblo, con calles y escaleras empinadas que ahora se convirtieron en obstáculos para bajar a la playa para poder caminar por el paseo marítimo. De todas formas él se sentia satisfecho con su vida pasada, pues aparte de tener un trabajo alimentario suficiente para vivir casi bien en la casa que heredó de sus padres en el Realejo, tenía tiempo de sobra para dedicarse a su p
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